muerta en vida y viva en muerte

Cierto experimento hecho con homigas llamó mi vólatil atención. Según la experiencia, un científico (apellidado Wilson) había notado que cuando una hormiga muere, las otras se anotician por cierto olor que desprenden unas feromonas que "desparrama"; acuden a ella y la retiran para colocarla en el lugar donde ponen sus residuos, lo más parecido a un cementerio que tienen.
Este tipo -Wilson- hizo la experiencia de embadurnar a una hormiga viva con esas feromonas para jugar a ver qué sucedía. Corroboró que la hormiga viva era trasladada por las otras mediante uso de la fuerza bruta como sólo una hormiga sabe hacerlo hasta el lugar de los desechos.
Cuando la hormiga lograba salir de ahí era sistemáticamente repelida por las otras y vuelta a colocar en el mismo sitio. O sea que no las podía hacer entrar en razón, digamos.
El hecho es que la historia termina en que no sé si Wilson habrá sentido remordimientos por haberle impuesto semejante destino a la hormiga desprevenida o habrá sentido que hacía algo que produciría un importante progreso para la ciencia.
¿Cuántos morimos en vida para el mundo, que se empeña en enterrarnos vivos?
¿Quién no ha pensado alguna vez en las hormigas que pisa al caminar?
¿Quién no ha sido una de ellas?
¿Por qué estaré haciendo tantas preguntas estúpidas?


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