Profecía IV

Rotos
Un buen día descubriremos que los robots fuman porro y beben alcohol mejor que nosotros. Además, como son superiores, vendrán programados para catar la calidad del producto que están degustando y hacer comentarios apreciativos al respecto. Esto motivará que dejemos de salir de joda. Emocionalmente seremos desgastados por la perfección en cuanto a ocio y pérdida de tiempo que estas máquinas habrán desarrollado. Nos quitarán el trabajo pero también el ocio. Ni siquiera nos van a dominar, fabricarán sus propios robots, de una menor casta, para convertirlos en asistentes y facilitadores de la "vida" cotidiana. Directamente seremos ignorados por ellos. También fabricarán robots con malformaciones congénitas, porque ninguna perfección no admite los errores, dejaría de ser completa, sería un edulcorante. En pocos años tendremos robots con diabetes y síndrome de down. Ya lo dije, el proceso comenzará el día que las heladeras sangren y las licuadoras escriban poemas. De ahí en más todo será pérdida de control.
Saturados por un mundo mecánico e inundado de publicidad genérica (avisos que solamente dirán "consuma bienes y servicios innecesarios a costos astronómicos y simule sonreír") no tendremos demasiadas opciones más que integrarnos a esa nueva etapa del mundo y decir que "antes todo era mejor". Algunos pocos elegidos podrán acceder a una "Vida Premium": dándole sus almas al diablo para jamás volver a ver publicidad. Todos esos espacios serán sustituidos por obras de arte y melodías de hermosa composición.

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